jueves, 1 de marzo de 2012

Estrategias de Shaitán: aparecer como consejero sincero

Shaitán incita al hombre a desobedecer a Allah alegando dar consejo sincero. Así fue como juró a Adán diciéndole:

“Y les juró: Yo os aconsejo para vuestro bien”. (7: 21)

Wahb Ibn Munabbih relató una historia muy interesante que evidencia esta estrategia:
“Hubo una vez un monje piadoso del pueblo de Israel. Era la persona más piadosa de su época. Había tres hermanos que tenían una hermana joven. Al ser llamados para acudir a la guerra, no supieron con quien dejar a su hermana. Acordaron entonces dejarla a cargo de esta persona piadosa, porque confiaban en él. Entonces fueron para preguntarle si podían dejarla con él. Ella estaría en el edificio contiguo al suyo y a su cuidado, hasta que ellos volvieran de la guerra. En un principio el piadoso se negó y buscó refugio en Allah de ellos y de su hermana. Pero persistieron hasta que finalmente aceptó. Les dijo: ‘Dejadla en la casa contigua a mi lugar de culto’.

La joven permaneció junto al lugar de culto del piadoso por algún tiempo. Él dejaba la comida para ella ante la puerta, cerraba con llave su puerta y volvía a su lugar de culto. Entonces le avisaba que podía salir de la casa y tomar la comida. Fue entonces cuando Shaitán se le acercó de manera imperceptible, animándolo a que la tratara más amablemente. Le dijo que no era bueno dejar que la mujer saliese de su casa durante el día porque algún hombre podría molestarla. Que sería mejor que él mismo llevase la comida hasta su puerta, porque sería una obra piadosa en su favor. Así fue que comenzó a llevar la comida hasta su puerta, pero sin hablarle.

Entonces Shaitán vino nuevamente y lo animó a hacer buenas obras y conseguir más bendiciones. Le dijo: ‘Si llevaras la comida hasta dentro de su casa conseguirías mayor recompensa’. Continuó animándolo durante algún tiempo hasta que el siervo comenzó a llevar la comida hasta dentro de la casa.
Entonces Shaitán vino nuevamente y lo animó a que hiciese el bien. Le dijo: ‘Si hablaras con ella, aliviarás su miedo, angustia y soledad’. Así fue que comenzó a hablar con ella desde su lugar de culto.

Pero una vez más Shaitán volvió. Le dijo: ‘Si bajas hasta la puerta de tu casa, y ella hasta la puerta de su casa mientras hablan, será más reconfortante para ella’. Continuó animándolo hasta que accedió a bajar y sentarse ante su puerta para hablar con ella. La muchacha salía de su edificio y se sentaba delante de su puerta y hablaban durante algún tiempo.

Entonces Shaitán vino nuevamente y lo animó a que se esforzara todavía más en conseguir recompensas por tratarla bien. Le dijo: ‘Si salieras de tu lugar de culto y te sentaras cerca de su puerta sería más confortable para ella’. Y continuó exhortándolo hasta que lo hizo. Entonces Shaitán vino de nuevo. Esta vez le dijo: ‘Si entras en su casa y hablas con ella, y no haces que se muestre en público será incluso mejor para ti’. Continuó exhortándolo hasta que entró en su casa, pasando el día entero hablando con ella. Pero cuando la noche llegaba, volvía a su lugar de culto.

Entonces Shaitán vino una vez más y comenzó a susurrarle sobre su belleza y tentándolo, hasta que el monje tocó su pierna y la besó. Pero Shaitán continuó susurrándole hasta que finalmente mantuvieron relaciones sexuales y ella quedó embarazada y dio a luz a un niño. Entonces Shaitán le dijo al monje: ‘¿Comprendes lo que los hermanos de la joven harán contigo cuando vean que ha dado a luz un hijo tuyo? No sabes si expondrán a la luz tu acción. Debes matar al niño para ocultar el asunto, ya que ella no contará nada por temor a que sus hermanos sepan lo que han hecho’.

Pero Shaitán volvió y le dijo: ‘¿Acaso piensas que ella ocultará a sus hermanos lo que hiciste con ella, y que mataste a su hijo? Debes matarla y enterrarla con su hijo’. Y continuó incitándolo hasta que la mató y la enterró junto a su hijo. Colocó sobre la tumba una piedra enorme y niveló el suelo. Entonces volvió a su lugar de culto y se dedicó a la oración. Permaneció así un tiempo hasta que los hermanos regresaron de la guerra. Cuando fueron donde el monje y preguntaron por su hermana, éste comenzó a lamentar su pérdida y llorar pidiendo misericordia por ella. Les dijo: ‘Ella era la mejor de las mujeres y aquella es su tumba’. Los hermanos fueron hasta la tumba y lloraron por su hermana pidiendo a Allah que tuviera misericordia de ella. Estuvieron ante la tumba durante unos días y luego volvieron a sus familias. Cuando sobrevino la noche y se durmieron Shaitán se presentó en sus sueños con la apariencia de un viajero. Comenzó con el hermano mayor, preguntándole por su hermana. Éste le dijo lo que el monje les había contado y cómo les había mostrado su tumba. Entonces Shaitán desmintió al monje diciendo: ‘No dijo la verdad, sino que ella quedó embarazada de él y tuvo un hijo. Pero luego mató a ambos y los enterró por temor a vosotros. Los enterró en un agujero que hizo en el lado derecho de la puerta de la casa que ella habitaba’. Y dijo lo mismo en el sueño de los otros dos hermanos.

Cuando los hermanos despertaron, quedaron sorprendidos de lo que habían visto. Cuando se encontraron dijeron: ‘Anoche tuve un sueño terrible’ y se contaron mutuamente lo que habían visto.

El hermano mayor dijo: ‘Ese sueño es una pesadilla, ignórenlo’. Pero el más joven dijo: ‘No lo dejaré pasar, iré a ese lugar a investigar’. Así fue que fueron hasta el lugar descrito ante la puerta y al excavar encontraron a su hermana y su hijo enterrados como les había dicho. Al preguntarle al monje, éste confesó reconociendo lo que Shaitán les había dicho. Así que salió de su lugar de culto para ser juzgado.

Cuando lo ataron al madero para ejecutarlo Shaitán se apareció ante él y le dijo: ‘Ahora sabes que yo fui quien te tentó con la joven para que quedara embarazada y luego la matases junto a su hijo. Si me obedeces hoy y descrees de Allah, quien te creó y formó, yo te rescataré de esta dificultad, si inclinas el cuello ante mí en señal de postración’. El monje descreyó de Allah, inclinando su cuello, y fue en ese momento en que fue ejecutado, muriendo en la incredulidad”.

“Son como Satanás cuando dice al hombre: ¡No creas! Y, cuando ya no cree, dice: Yo me desentiendo de ti”. (59: 16)

De la historia anterior podemos concluir que Shaitán para desviar a las personas no solo les hace creer que es un consejero sincero, pero que los lleva a través de un desvío gradual, paso a paso. Shaitán no se agobia ni se cansa de susurrar a los hombres. Cada vez que la persona comete un pecado, lo insta para que caiga en uno mayor, sin detenerse, hasta lograr la destrucción de la persona. Ésta es la metodología que Allah ha destinado para la creación. Si ellos se desvían del camino de Allah, Él le permite a Shaitán tomar control sobre ellos.

“Pero cuando se desviaron, Allah desvió sus corazones”. (61: 5)

Fuente: Libro "Las estrategias de Shaitán
para desviar al creyente" (Lic. Muhámmad Isa García)

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